Melisa

La melisa, también conocida como toronjil verdadero, es una planta medicinal y aromática de la familia de las lamiáceas, cultivada por sus hojas ricas en aceites esenciales con propiedades calmantes, digestivas y antiespasmódicas. Se utiliza mucho en infusiones, fitoterapia y cosmética.

La planta prefiere los climas templados a cálidos, con temperaturas entre 18 °C y 28 °C, y crece bien en lugares con media sombra o pleno sol, siempre que el suelo esté siempre húmedo. Requiere un suelo fértil y bien drenado, con un pH entre 5,5 y 7,5, rico en materia orgánica.

La propagación puede hacerse por semillas, esquejes o división de matas, siendo esta última la forma más común por su facilidad de enraizamiento. El cultivo requiere un riego regular, especialmente durante los periodos secos, y escardas periódicas para controlar las malas hierbas.

Las hojas pueden recolectarse entre 60 y 90 días después de la plantación, preferiblemente en las horas más frescas del día, y puede hacerse varias veces al año. La planta tiene un ciclo perenne y puede mantenerse de 2 a 3 años con un buen manejo.

La melisa es sensible al exceso de humedad en el suelo y a enfermedades fúngicas como la podredumbre de la raíz. Un buen espaciado y una buena gestión del riego ayudan a evitar estos problemas.